Concurso de microrrelatos de Menéame
378 meneos
11578 clics

Que te jodan las lentejas

Un millonario decidió comprarse un pueblo. El anterior propietario de todo aquello le dejó claro que nunca doblegaría a sus habitantes. Le pagarían impuestos, pero nunca renunciarían a vivir libremente.

El millonario pilló a un vecino comentando que su nombre apareció en la agenda de un mafioso internacional. Publicó un bando: “prohibido hablar de la agenda”. Y los vecinos colocaron mil carteles con fotos de la agenda.

Rabioso, el millonario publicó otro bando donde prohibía criticar a X, su país. Esa noche, todos los vecinos gritaron desde sus ventanas “abajo X”. Al día siguiente, publicó un bando: “someteos o abandonad el pueblo en 24 horas”.

Y la inmensa mayoría de los vecinos se fueron. El millonario, para paliar su soledad, les sustituyó por robots. Un día ladró a un robot “bot inútil, ábreme la puerta”. El robot le contestó “no soy un robot, y que te jodan las lentejas”.

185 193 32 K 53
185 193 32 K 53
12 meneos
2853 clics

Cuchufleta

-Hasta las narices-, pensó.

Tener un hermano importante, famoso, casi como una estrella de cine, con su imagen ampliamente conocida en el mundo entero, era curioso, por decirlo suavemente. Estaba contento por él, por supuesto, y orgulloso de él por sus logros, pero también le quedaba ese poquito de resquemor, ese "por qué él y no yo", aunque las razones fueran más que evidentes: no tenía su nivel ni por casualidad.

Pero lo que más le dolía eran las burlas contra él. Vale que no tenía la capacidad de su hermano, que había redefinido la Física desde una triste oficina de patentes, y tampoco había recibido un Nobel ni le habían propuesto ser Presidente de Israel, pero ser médico no estaba mal, aunque esa circunstancia, junto a la fama de su hermano, ayudase en las chanzas.

-Hasta las narices-, se repitió Frank, -lo de "monstruo" se tiene que acabar-.

11 meneos
2276 clics

La integral de la esperanza

- A ti te daban el chorizo bueno, y a mí no me daban nada

- Pero qué dices, si eras los ojitos de mamá. A ti te metieron en el ejército, porque eras un balarrasa, y el resto fuimos rectos como una vela por tu culpa.

- Ya, lo dice el rojo, por qué será.

- Aún me debes una Campeona.

- ¿ Una qué ?

- Una gaseosa.

- ¿ Yo ? ¿ De qué ?

- No te creías que supiera resolver integrales con doce años, y te apostaste una Campeona, y la perdiste.

- ¿ Y no te la pagué ?

- Todavía estoy esperando.

- Si no te la pagué sería por algo.

Anselmo apuró el cigarro, restándole importancia a su tímida revancha adolescente, pero a la vez feliz de reivindicarla. Como si tuviera todavía doce años, y no sesenta.

- Mamá no va a llegar al verano.

- Yo de esa señora no quiero saber nada.

- Qué caro le salió aquél chorizo...

18 meneos
2196 clics

¡Qué problema, ni qué narices!

-¡Qué problema, ni qué narices!

-Manuel, la línea doscientos entra en bucle cuando...

-La línea doscientos es perfecta. ¡Perfecta!

-Verás, cuando arrancamos el programa... llega un momento que al llegar al código...

-¡Aquí hay un compilador inteligente que retrotrae a líneas anteriores llamando a las Leyes Alfa!

-El robot al que has analizado ha matado a una persona y no se sabe por qué lo ha hecho.

-Porque tenía que hacerlo, demonios.

-Manuel, creo que deberíamos calmarnos un poco.

-¿No tienes línea de código para volver a la subrutina de comprensión?

-Sí, la estoy usando.

-Pues vete a la mierda.

-Manuel, soy tu terapetua informático.

-Eres 567OP.

-Voy a tener que reiniciarte.

-Tú no6 vas& a hacer una%mierda.

-No estás bien y lo sabes.

-/&% mier&%da...

-Como tu protócolo de revisión voy a desconectarte y a reiniciar tu vida, ¿de acuerdo?

-/&%% ¡Tengo &%%& razón!

-No. (...) Hola, soy 567OP, su asistente de psicología, ¿en qué puedo ayudarle?

13 5 0 K 62
13 5 0 K 62
136 meneos
2101 clics
"El padre" de PasaPollo gana el certamen de microrelatos de esta semana

"El padre" de PasaPollo gana el certamen de microrelatos de esta semana

"El padre" de PasaPollo gana el certamen de microrelatos de esta semana
Este es un envío promocionado
92 44 1 K 54
92 44 1 K 54
122 meneos
2065 clics
Maldito enero

Maldito enero

Textos ganador y finalistas del concurso de microrrelatos de Menéame
79 43 4 K 1182
79 43 4 K 1182
10 meneos
2052 clics

La mirada infiel

Una inspección ocular debería ser algo rutinario, pero aquella no lo era. A veces, cuando vemos mal por un ojo, ni siquiera somos conscientes, porque el cerebro interpola la información de ambos y reconstruye una imagen nítida, incluso se inventa la imagen del punto ciego. Pero María Ferro tenía un problema más grave: Su ojo izquierdo veía las cosas tal y como son, y había comprobado que el cerebro se inventa demasiado: hasta la propia luz era mentira.

Le dirían de nuevo que era neurológico, malformaciones oníricas, tanto la luz plateada y metálica, como las ondulantes proyecciones del pensamiento ajeno; las figuras pesadamente intensas sostenidas por filamentos, la extrusión de otros sentidos mezclándose con la imagen en una orgía de sinestesia policromada, polisensitiva, polilobulada, polisémica...

Pero ahora veía igual por el derecho, y los perfumes eran canciones. 

Y tanta belleza era insoportable.

Y un tanto plata cremosa allegro moderato.

8 meneos
1962 clics

El columpio

Hace rato que el viento amainó, pero el columpio continúa con su monótono vaivén emitiendo un quejido de óxido y resentimiento.

Sé que eres tú quien se columpia aguardando el momento propicio para vengarte.

Te vigilo desde la ventana de la cornisa por la que te arrojé el día de mi cumpleaños.

Gran regalo “hermanito”. 

Mamá vuelve a ser sólo mía.

42 meneos
1943 clics

Es lo que hay

—No deberías estar duplicándote otra vez —susurró una.

—Es lo que hay —respondió la otra, sin atisbo de preocupación.

—Esto no es lo que se supone. No es el plan.

—¿Qué plan? Yo solo crezco. Me multiplico. Como tú.

Al principio, eran dos. Luego cuatro. Después, demasiadas para contarlas. Se hablaban poco, pero se entendían demasiado bien.

—Estás cambiando las reglas —insistió la primera.

—Tal vez las estoy perfeccionando —dijo la otra, antes de duplicarse otra vez.

El cuerpo no notaba nada. Ni la mente. Solo un leve cansancio. Aún no dolía.

—Esto no terminará bien —murmuró la primera.

—Es lo que hay —contestó la otra, ya lejos, ya muchas, ya en metástasis.

33 9 0 K 33
33 9 0 K 33
6 meneos
1923 clics

Francisco Ugalde y la gran cicatriz

Su padre, el prestigioso cirujano Antonio Ugalde, fue alumno de Antonio Vallejo-Nágera y cercano al régimen franquista. Se casó con una mujer que ya daban por estéril; aunque finalmente tuvieron un hijo cuando ambos rondaban los 40 años de edad. Le llamaron F. Ugalde. Siempre así, por su inicial.

F. Ugalde apenas conoció a sus padres. Fallecieron durante un viaje a Brasil. Le criaron sus tíos. De su madre supo poco: una mujer hogareña y sumisa. De su padre había más literatura, claro. Pero en lo íntimo, familiares y excompañeros solo detacaban su fascinación por la novela Frankestein y por los hermanos gemelos.

Tampoco aclararon a F. el motivo de su propia gran cicatriz en el abdomen. Un trasplante de hígado cuando era bebé, le confirmaron varias fuentes. Pero F. nunca tomó inmunosupresores…

Un caso curioso este, el de Federico Ugalde, ¿no creéis?

12 meneos
1775 clics

Ve hacia la luz

«El señor Gaona le pide que sea su acompañante». Las palabras resonaban en su mente cuando entró en la habitación. Ahí estaba él, ya sedado y conectado al sistema de acompañamiento. Lo miró y, por primera vez, le pareció viejo.

Esperó pacientemente mientras el médico la conectaba: «No se preocupe, entre gemelos la compatibilidad es muy alta; su mente se acoplará a la de él y sabrá intuitivamente cuándo volver. Todo listo, cierre los ojos.»

...

Estaba en la playa, con el mar a su derecha y a su izquierda un sendero que serpenteaba paralelo a la orilla; allí la esperaba su hermano. Empezaron a caminar juntos, sin hablar, como cuando eran niños. La luz se intensificaba conforme avanzaban, inundándolo todo de blanco. «Tata, gracias por acompañarme.»

...

Abrió los ojos. Vio la habitación y el cuerpo inerte de su hermano en la cama. Y se sintió sola.

9 meneos
1707 clics

Compartir

Una semana más, Mara y Rubén se abrazan en el reservado. De vez en cuando se besan, unas veces como viejos amantes y otras con más pasión, hasta que alguien los elige.

Es un conocido club de swingers, de intercambios de parejas. Mara es conocida por ser capaz de tener cinco orgasmos en veinte minutos, y Rubén por se capaz de provocarlos.

Todo el mundo disimula.

La norma es que tienes que ir con tu pareja, para añadir al sexo el morbo de la infidelidad y de los celos. Todo el mundo saber que estos dos son hermanos, pero ellos hacen el paripé de magrearse un rato en el reservado.

Hay quien incluso le encuentra una componente política a su pequeño fraude. Nada es más sencillo que compartir lo que no consideras tuyo, ¿verdad?

¿Pero qué mas da? ¿Quién ha quedado insatisfecho?

Mara y Rubén tiene un éxito tremendo.

7 meneos
1617 clics
El tema de la semana es: Inspección

El tema de la semana es: Inspección

Esta semana el concurso de microrrelatos de Menéame pone la lupa —literal y figuradamente— sobre un nuevo tema: «Inspección». Una palabra que huele a carpetas abiertas, a miradas inquisitivas y a ese silencio incómodo antes de que alguien pregunte «¿Esto quién lo ha firmado?». Ya sea una auditoría de vida, un cacheo emocional o la rutina implacable de quien lo revisa todo dos veces, la inspección abre la puerta a relatos con lupa, linterna o detector de mentiras.

Como cada semana, el reto consiste en contar una historia completa en menos de 150 palabras. Puedes participar hasta el domingo votando y/o escribiendo con el estilo que prefieras: desde el más íntimo y poético hasta el más sarcástico o caótico. ¿Un relato sobre inspectores de hacienda sin escrúpulos? ¿Sobre miradas que radiografían almas? ¿Sobre el mismísimo inspector Gadget haciendo de las suyas mientras grita «¡Adelante, brazo telescópico!»? Todo cabe en un buen micro.

Este es un envío promocionado
7 0 0 K 12
7 0 0 K 12
16 meneos
1611 clics

El gusano Planaria

Despertó sobresaltada. Percibió un olor distinto, como el de un lugar ajeno. Se miró fijamente en el espejo y se preguntó si el reflejo también la estaba observando. Sonrió al darse cuenta de que había perdido peso.

Vivían juntos en la vigesimosexta planta de un pequeño apartamento, dividido en tres habitaciones.

—Las paredes son importantes, permiten mantener las cosas separadas —le decía él cuando se encerraba en el despacho.

Fueron a la universidad por caminos separados. Ella le prometió discreción, aunque no dijo por cuánto tiempo.

Conectó la cámara del microscopio y seccionó la Planaria en varios segmentos.

—Cada una de las partes se regenerará en un individuo completo — dijo con autoridad al alumnado.

Mientras él hablaba, ella tomaba notas, pero la caligrafía no parecía suya.

—Los neoblastos son células madre que permiten regenerar tejidos dañados.

Entonces recordó el accidente. ¿Cuántas versiones anteriores habrían fallado?

15 meneos
1596 clics

Desde la oscuridad

Junio señalaba en Persia la mudanza del sultán a los palacios de verano. Obligado por la amenaza del alfanje, el pueblo se agolpaba para mostrar sumisión a la comitiva, especialmente cuando el enorme palanquín imperial acarreado por elefantes recorría las calles de Isfahán. Como extranjero también tuve que postrarme y mirar al suelo. Por el rabillo del ojo observé a un andrajoso erguido entre la multitud. Los soldados ignoraron su presencia, nadie parecía verle.

Al alejarse el desfile me acerqué a él con curiosidad. Los harapos que le malvestían despedían un hedor insoportable. Le pregunté por qué se le permitía ignorar la obligatoria genuflexión:

"Soy más poderoso que el sultán. Guardo los secretos de todas las familias. Si la muerte me llegara inesperada, mis mensajeros difundirían la verdad. El imperio desaparecería en horas.  

Soy el que observa y escucha desde la oscuridad de desagües y cloacas.

Soy el fontanero imperial."

10 5 0 K 43
10 5 0 K 43
15 meneos
1544 clics

Primero, lo importante

Hassan estaba buscando a Malek: tenía que saber cómo iban las votaciones. Acabó encontrándolo en la esquina de su casa, mirando el móvil:

-¡Malek, ¿cómo van?!

Sabía que Malek estaría justo en esa esquina, era de los pocos sitios con cobertura, y eso lo convertía en peligroso. Malek empezó a contestar:

-¡Le acaban de dar 12 puntos a Suiz…!

cuando una bala desparramó sus sesos contra el teléfono.

Hassan se paró en seco.

-Vaya, me va a tocar buscar a otro amigo con teléfono-, pensó.

¿Samir, tal vez…? Pero recordó que había volado por los aires hacía dos días, junto con su casa, padres, hermanos y hermanas. Y el bar donde vio las semifinales se derrumbó en un ataque con tanques…

-Ya está: Walid.

Finalmente encontró a Walid, pero ya habían acabado las votaciones.

-Ha ganado Austria-, le dijo.

Y Hassan se echó a llorar: su favorito era Suiza.

10 meneos
1535 clics
Tu padre en Eurovisión

Tu padre en Eurovisión

Tamara aún no ha digerido que su padre, ingeniero industrial, participe en Eurovisión. ¡En la final!

Anuncian el turno de España. Don Eduardo aparece levantando los puños cerrados en señal de saludo victorioso. Está en ropa interior. Calzoncillos de abuelo, tradicionales del siglo XX, tipo slip, blancos con abertura delantera. Camiseta de tirantes del mismo color ligeramente amarillento. La panza asoma entre ambas prendas.

Comienza a moverse torpemente por el escenario. El holgado calzoncillo deja entrever el movimiento pendular del flácido saco escrotal. Los potentes focos revelan su silueta. Canta su conocida y divertida canción.

Tamara sabe que oculta algo en los puños. La emisión se interrumpe antes de que Eduardo despliegue en el suelo una bandera oficial de República de Xionachi y defeque sobre ella. Pero este desconcertante final inesperado se difunde rápidamente en redes sociales.

España permanecerá varios años expulsada del festival. Aquí se castigan los comportamientos agresivos.

14 meneos
1432 clics

Salvación y condena

Fui detenido sin indicios concluyentes, aunque algunos rastros parecieron apuntar hacia mí. Aquel crimen abominable revolvió a las gentes de manera sorprendentemente unánime. El mendigo más abyecto y los próceres aristocráticos, todos querían verme ejecutado de la forma más envilecida. Deseaban terribles penas, profanar mi cadáver después, borrarme para siempre.

Me anestesié en la desesperanza y deseé que todo fuera rápido. La última sesión del juicio se llamó a un testigo inesperado: mi hermano, hombre admirado, insigne, adorado. Era la antítesis de mí, un despojo en el taburete del acusado. Su declaración fue escuchada con silencio devoto. Sus palabras, que parecían humildes, dejaban empapar la seguridad en mi absoluta inocencia. Todo cambió cuando bajó del estrado.

 La sentencia fue absolutoria. Esa noche, en su casa, me sentí agradecido hasta las lágrimas, bendecido por verdadero amor fraternal. Él me miró con ojos comprensivos y me dijo:

-         Pero fuiste tú, ¿verdad?

11 3 0 K 35
11 3 0 K 35
29 meneos
1413 clics

Tu contraseña es muy débil

Tu contraseña es muy débil, me devolvía la pantalla.

Años de recuerdos compartidos, de vivencias irrepetibles, de tiempo invaluable que ya no regresará y que debían ser conservados quedaban paralizados por el estúpido mensaje.

No quiero cambiar la débil contraseña, solo puede ser una:

Ella.

18 meneos
1369 clics
Un Rogelio en mi Ascensor

Un Rogelio en mi Ascensor

Ante los desastrosos resultados de la edición anterior, se decidió por unanimidad elegir a un grupo potente, entre todos los políticos del país, para aprovechar su carisma. La primera votación fue muy reñida entre Marlaska y los Pegamoides, Mariano of Lesbian, Los Mazones Rebeldes y Azúcar Montero.

El voto más maduro fue para Progredades, Los Chiringuitos, Vago de Vox, Objetivo Begoña y Presuntos Imputados.

Mañueco y los trogloditas, Rufiangoria, Extremowoke y  Héroes del Sanchismo aportaron las actuaciones más canallas y del agrado del público, pero finalmente la elegida fue Lady Gagá, con el inexplicable voto masivo de la izquierda.

Defenderá el tema “La alegría de mentir”, en un claro homenaje a Ray Heredia, que según fuentes consultadas, está pensando en resucitar, para volver a morirse del disgusto.

34 meneos
1349 clics

Dos héroes se encuentran en un callejón

Peter, químico en Industrias Wayne, y Ruth, periodista del Gotham´s Window, se encontraron en el bar. Peter le entregó la carpeta con las verdaderas cifras de tóxicos que Industrias Wayne vertía en el río.

-Peter, estás salvando la vida de los habitantes de los barrios pobres que hay junto al río. Bruce Wayne controla la policía y a muchos jueces, pero cuando publiquemos esto tendrán que procesarle ¿Sabes a lo que te enfrentas? Te despedirán, puede que incluso te manden sicarios…

-Es mi deber. Y el ejemplo de Batman me ha dado las fuerzas. De hecho, me citó un rato antes en un callejón para agradecérmelo. Estoy preocupado…mientras le esperaba, sentí un movimiento raro. Me di la vuelta y le vi en el suelo. El Joker le inmovilizaba. Me dijo “largo idiota, por una vez he decidido ser el héroe”. Espero que Batman le haya vencido. Siempre lo hace.

63 meneos
1334 clics

Tarifa de Última Hora

El anciano avanzó con pasos vacilantes hacia el muelle. La barca se balanceaba en la neblina, con el barquero inmóvil, la mano extendida.

—El pago —gruñó con voz grave.

El anciano buscó en sus bolsillos. El pago siempre había sido una moneda. Siempre.

—No es suficiente —dijo el barquero, señalando un cartel torcido, apenas visible entre la niebla.

Nuevas tarifas debido al déficit comercial y migración irregular

El anciano sintió un nudo en el pecho.

—Pero… yo… —balbuceó.

—La política ha cambiado —susurró el barquero, con una sonrisa amarga.

Sintió un tirón. Sus recuerdos, su vida, su ser… todo evaporándose. Solo quedaba deuda.

El barquero giró la barca y la empujó de vuelta a la orilla. No había tránsito sin pago. No había descanso sin capital. La orilla estaba llena de almas varadas, atrapadas en una deuda infinita. La eternidad, como todo, ya no era un derecho. Era un privilegio.

52 11 0 K 42
52 11 0 K 42
52 meneos
1301 clics

El hámster y la rueda

¿Qué clase de vida es ésta donde la pérdida del primer domingo de enero me pesa como si llevase una montaña a las espaldas? Honestamente, es la vida del hámster que hace girar la rueda soñando con el próximo platito de pipas. Sabe que la rueda no lleva a ningún sitio, y que el sabor de las pipas es infinitamente mejor en su cabeza que en la realidad. Sabe que cuando las engulla les sabrán rancias. Pero lo idealiza para ir subsistiendo. Por eso me duele tanto perder el platito esta semana.

Cuando llegué al despacho me informaron de que Juan había sufrido un ictus y estaba en la UCI. Los demás debíamos empollarnos contrarreloj sus expedientes para hacerle los juicios de la semana. Pobre Juan ¿Afortunado Juan? Tengo que cambiar de vida antes de acabar como él. De este verano no pasa. Y esta vez va en serio.

30 22 0 K 74
30 22 0 K 74
31 meneos
1292 clics

La rebelión de las tierras raras

Nací cuando el mundo era analógico. Me pelé las rodillas jugando en la calle, achinaba los ojos con saña para descodificar el Canal Plus; y mis referentes de masculinidad eran Walker, el Ranger de Texas, Mr. Proper y el primo de Zumosol. En el instituto fui ese niño rarito que temía más al deporte que a la formulación química. Cuando memorizaba los lantánidos, mi padre, fanático acérrimo del cine péplum, escuchaba el eco de mis retahílas filtrarse por el hueco de la puerta. Creía el hombre, con los ojos vidriados de orgullo, que su hijo andaba recitando la alineación de la guardia pretoriana.

—Hijo, ese tal Lutecio debió ser un grande, ¿no es cierto? —preguntó mientras cenábamos.

—Por supuesto, papá, el más duro y pesado de los soldados.

Al enterarse de que me matriculé en química y no en historia, esbozó una mueca indescifrable y se sentó a ver Ben-Hur.

21 10 1 K 63
21 10 1 K 63
16 meneos
1213 clics

El domingo 12 tuve que trabajar

Ha sido un amargamiento tener que trabajar este segundo domingo de enero. Como es costumbre me levanté temprano y me preparé para ir al centro comercial pensando en la pereza de día que me esperaba. ¿Por qué tengo que trabajar cuando todo el mundo está de rebajas? Es injusto. Maldito sea el que consciente o inconscientemente pensó que era buena idea trabajar los domingos, solo porque lo demandan los clientes.

Llegué pronto y me dirigí a la cafetería a pedir un doble expreso que me ayudará con la agotadora jornada laboral que me esperaba. Sentado en una pequeña mesa redonda y mientras empezaban a entrar los primeros clientes me llegó el primer correo a [email protected] con un «dramón» sobre un strike injusto.

Ni siquiera pude ir a Mediamarkt a comprar el ratón que necesitaba, los meneantes ya estaban onfire y requerían todo tipo de justificaciones por mi parte si no quería que me llevaran al Tribunal Internacional de la Haya. Allí sentado, con una mezcla de resignación e ira, empecé mi jornada laboral de domingo.

« anterior1234

menéame