Hubo un tiempo en que los reyes del universo infantil no tenían pantallas, eran piezas de plástico que hacían «clic» al encajar y que abrían portales infinitos a mundos de ciencia ficción, ciudades futuristas, barcos de guerra y bases secretas en la Antártida. Ese tiempo tuvo nombre propio en España: TENTE. Un sistema de construcción modular creado por la empresa catalana Exin en 1972 que, lejos de limitarse a ser una copia patria de LEGO, supo desarrollar personalidad, estética y público propios.