Más allá de los posibles daños de una excavación precipitada, los arqueólogos temen también los rumores de trampas mortales que podrían matar a los curiosos intrusos. Estos rumores se basan en un relato del antiguo historiador chino Sima Qian, que aproximadamente un siglo después de la muerte del emperador describió posibles trampas ocultas en el interior de la tumba. Se cree que los artesanos crearon ballestas y flechas preparadas para disparar a cualquiera que intentara entrar
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Sin leer el artículo ya os digo que se sabe (supone, más bien) que hay trampas y un "lago" de mercurio.
Aún así ahora hay tecnología de sobra para sobrepasar esas barreras.
Los chinos estarían tan encantados como cualquiera de afrontar ese reto.
Lo que pasa es que hay demasiados proyectos incluso en esa propia zona.