El mal entorno al que gira todo es la falta de humildad, lleva a la competición y el postureo. Ha sido el éxito de la derecha decirle al obrero que ya no lo es, que no es un paria de la tierra, que es élite, clase media aunque sea mileurista, que está por encima de los inmigrantes aunque su padre lo fue, que sea un héroe y no esfuerzo colectivo, porque la derecha sabe que la fuerza está en la prole, en el número y nos necesita peleando entre nosotros, peleando para demostrarle al vecino que soy más elegante, mi vida mola más que la tuya y mi coche y mi casa son mejores.
Y sin pegar un tiro, ni chillar, ni amenazar, ni hacer de abusón de instituto.
Cómo me gustaría que la vieja Europa tuviera un atisbo de esa capacidad de plantar cara.
Menos mal que nos queda el QTEM.
Cómo me gustaría que la vieja Europa tuviera un atisbo de esa capacidad de plantar cara.