¿A que viene tanta sorpresa?

Me sorprende sobremanera el revuelo con la sentencia del fiscal. Pensaba que estaba claro que la separación de poderes brilla por su ausencia en la democracia española.

Si nos vamos al CGPJ, ni el PP ni el PSOE quieren cambiar cómo se conforma, y es fácilmente entendible:

Todos sus vocales son elegidos por las Cortes (Congreso + Senado) por mayoría. Eso significa que sin un acuerdo entre PP y PSOE ningún nombramiento sale adelante.

Hay propuestas, pero ya se encargan los “PPSOunos” de que no salgan adelante:

  • Que los 12 vocales judiciales sean elegidos directamente por los jueces.
  • Rebajar las mayorías necesarias (dar más peso a otros partidos).
  • Sistemas mixtos.

En suma: despolitizar. Pero es que NO LES INTERESA, ni a unos ni a otros. Así que no entiendo por qué la gente se sorprende tanto ahora, si nunca ha habido en democracia separación real de poderes, ni con Zipi ni con Zape.

Tanto Mortadelo como Filemón llevan parasitando las instituciones y los organismos del Estado desde hace décadas, dictadura mediante. Se reparten sin reparos cualquier puesto de poder.

Ejemplos:

Cargos bajo gobiernos del PSOE

  • Dirección General de la Policía Nacional: Francisco Pardo (perfil político, PSOE).
  • Dirección General de la Guardia Civil: Mercedes González (PSOE).

Cargos bajo gobiernos del PP

  • Presidentes de RTVE nombrados con apoyo del PP en épocas de mayoría parlamentaria.
  • Fiscal General del Estado, que en gobiernos del PP ha sido también una figura afín (por ejemplo, José Manuel Maza o Consuelo Madrigal).
  • Delegaciones del Gobierno en comunidades autónomas, ocupadas sistemáticamente por perfiles del PP cuando gobiernan.
  • Empresas y organismos públicos en comunidades donde gobierna el PP (Madrid, Andalucía, Galicia, Castilla y León) con altos cargos de confianza:
  • Telemadrid bajo dirección designada por gobiernos autonómicos del PP en varias etapas.
  • Canal Sur y otros entes públicos bajo nombramientos alineados con ejecutivos autonómicos.
  • Consejos de administración de empresas públicas estatales o autonómicas, donde los partidos colocan perfiles cercanos (ADIF, AENA, Correos, Canal de Isabel II, etc.), dependiendo de quién gobierne.

En definitiva, tanto unos como otros llenan las instituciones de cargos afines cuando les toca gobernar, sin ningún pudor.

¿A eso podemos aspirar? ¿De verdad esta es la sorpresa? ¿Cuál es la noticia?

Lo inquietante del asunto es ver a tantos políticos y opinadores mirando el dedo en vez de la luna. Quizá con ínfulas de entrar en gobiernos de coalición para seguir perpetuando el mismo régimen.

Como un metrónomo, con matemática precisión, desde la Primera República, “conservadores” y “progresistas” han puesto todo su empeño en conservar el statu quo.

Como una moneda que, independientemente de si cae en cara o cruz, siempre perdemos todos. El pueblo sigue mirando la trayectoria que describe mientras gira en el aire, sin ver el truco.