Si un joven asalariado en España quiere salir de su hogar parental, debe destinar, de media, el 92,3% de su sueldo para vivir solo en un piso alquilado. También puede apartar un 64,1% de sus ganancias del mes para adquirir una vivienda en propiedad. Eso sin contar la entrada de la hipoteca, para la que necesitaría en promedio un ahorro igual a 4,2 veces su sueldo anual. Ambas opciones, arrendamiento y compra, superan con creces el umbral de esfuerzo recomendado del 30% —el porcentaje máximo de ingresos que un hogar debe desviar al pago