Los jóvenes, uno de ellos administrador de varios canales, «exhibían a las víctimas como meros objetos sexuales» en grupos de Signal, Telegram y WhatsApp donde se distribuían miles de imágenes captadas por los miembros de esos grupos cerrados. Para obtener esos 'robados' estos «lobos con piel de cordero», como los ha definido Miguel Ángel Sáez, portavoz de la Guardia Civil, se aprovechaban de la relación de confianza con numerosas jóvenes (compañeras de pisos universitarios, parejas, exparejas, amigas, compañeras de viaje...).