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Morrison

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  1. #452 El ridículo que haces ya es olímpico. Lo que tú dices sería la definición de un "empresario individual", pero no es una definición única de lo que es un "empresario". Que no te enteras, revisa la ley anda.

    Si tan seguro estás de que el empresario es “prescindible”, dime entonces: ¿quién asume las responsabilidades en la empresa, como por ejemplo para la seguridad y salud de los trabajadores? ¿Acaso se esfuma la responsabilidad porque no hay empresario?

    Que no te enteras, que en una cooperativa, en una empresa cotizada, etc, el empresario es la sociedad y sus órganos de dirección, que es quien responde jurídicamente. Eso no es “otra figura”, eso es el empresario a efectos legales.

    Así que menos carcajadas y más leer leyes, porque aquí el único prescindible eres tú, que discutes contra una caricatura inventada y encima quedas retratado como un ignorante.
  1. #450 Ni puta idea tienes. En España “empresario” no es “un señor de carne y hueso” por obligación, es el sujeto que organiza la actividad y responde frente a terceros, persona física o jurídica. Lo dicen las propias leyes que obviamente desconoces. Una SA, una SL o una cooperativa tienen a efectos legales empresario; su consejo/órgano de administración lo ejerce y asume responsabilidad.

    Tu remate es un non sequitur: que un comité o una sociedad pueda ejercer las funciones no hace “prescindible” al empresario; hace que ese comité o esa sociedad sea el empresario. Sin un sujeto que asuma capital, decisiones y responsabilidad no hay empresa posible: no firmas créditos, no contratas, no respondes. Cambiar el portador de la función no elimina la figura, artista.

    Así que menos dogma y más realidad: empresario no es un bigote con puro; es el titular de la actividad, también cuando es colectivo. Que no te enteras, y niegas lo evidente.
  1. #448 Gracias por volver a retratarte. Desde el principio yo he usado la definición común y real de empresario: el sujeto —persona física o jurídica— que organiza los recursos productivos y asume las responsabilidades frente a terceros. Tú, incapaz de rebatir eso, te inventas tu propia definición restrictiva, como si “empresario” tuviera que ser necesariamente un señor en carne y hueso con propiedad directa, y a partir de ahí te montas el teatrillo.

    En ningún sitio serio, ni en la práctica ni en la legislación, se dice que el empresario deba ser exclusivamente una persona física. Precisamente por eso en el derecho español “el empresario” aparece referido tanto a autónomos como a sociedades anónimas, cooperativas o mutualidades. Lo que cambia es la forma, no la sustancia.

    Lo que haces es tan burdo que da hasta vergüenza ajena: escoges arbitrariamente una definición excluyente para luego declarar “prescindible” al empresario, cuando lo único que demuestras es tu ignorancia. No es que me hayas desmontado nada, es que llevas todo el hilo discutiendo contra un muñeco que solo existe en tu cabeza.

    Y ahora vuelve a por otro repaso.
  1. #445 Lo tuyo ya es de manual de autoengaño. Coges la definición de “empresario” que te da la gana, la reduces a un señor con puro en una oficina, y a partir de ahí montas tu teatrillo para repetir la misma matraca. Y claro, como en tu mundo “empresario” solo puede ser una persona física, todo lo que no encaje con esa caricatura te parece prueba de que es “prescindible”. Pero eso solo revela que no sabes ni de lo que hablas.

    Cuando yo hablo de empresario me refiero al concepto real, no al muñeco de paja que te inventas. Empresario es tanto una persona física como una persona jurídica: puede ser un autónomo, una sociedad anónima, una cooperativa, un consejo rector. Lo que define al empresario no es el bigote ni la corbata, sino que es el sujeto que organiza recursos productivos y asume la responsabilidad frente a terceros.

    Que no te enteras, que si el empresario fuera “prescindible”, como tú repites como un loro, entonces explícanos, por ejemplo, quién tiene la responsabilidad de la prevención de riesgos laborales en una cooperativa. Porque según tu dogma, ahí no habría empresario, ergo no habría nadie que respondiera legalmente de un accidente. ¿Ves lo ridículo de tu planteamiento? La ley misma habla de “el empresario” en todos los modelos de empresa, sean cooperativas, sociedades anónimas o mutualidades, porque alguien tiene que encarnar esa figura jurídica.

    Así que no, campeón, no me estás “pillando” en nada. Lo que pasa es que confundes tus manías semánticas con realidad jurídica y económica. Yo hablo del empresario como concepto que incluye todas sus formas —individuales y colectivas—, y tú, para no reconocer lo obvio, te enredas en un truco de definiciones de patio de colegio y te crees que estás dando una lección... Que ya hay que ser negado.
  1. #443 Eres un espectáculo. Llevas decenas de comentarios montando un teatrillo sobre que “el empresario es prescindible” cuando jamás nadie ha negado que la función empresarial pueda recaer en un órgano colectivo o en distintas formas jurídicas. O sea, vienes a contradecir fantasmas que solo existen en tu cabeza, como un crío peleándose con la sombra. Te lo he repetido veinte veces: lo imprescindible es la función encarnada en alguien que pone capital, asume riesgo y toma decisiones. Llámalo accionista, comité, consejo o empresario, pero la figura empresarial está ahí siempre.

    Lo que pasa es que no tienes argumentos de fondo, así que te dedicas a hacer el gilipollas con tecnicismos de primaria para salvar la cara, como si la discusión fuese un examen de lengua y no de economía. El muñeco de paja ya cansa, macho. Aquí el único que se ha enredado solo eres tú: has intentado demostrar que el empresario sobra, y al final lo único que has hecho es confirmar una y otra vez que la función es ineludible y que alguien —figura física o jurídica— la encarna. O sea, lo que yo llevo diciendo desde el principio.

    Así que menos aires de profesor y más humildad, "galán", que te has pasado el hilo entero corriendo en círculos y haciéndote trampas al solitario.
  1. #441 qué pesado con la matraca. Llevas veinte mensajes haciendo exactamente lo mismo: cambias la etiqueta y te convences de que has ganado. Pero no, lo que haces es reconocer una y otra vez que siempre hay alguien que ejerce la función empresarial con capital, riesgo y dirección. Si son accionistas, consejo rector o socios cooperativistas, ahí está “el empresario”, te guste o no. Que lo quieras llamar “función empresarial encarnada colectivamente” para sentirte listo no cambia nada: sigue siendo la figura empresarial.

    El problema es que tú discutes contra una caricatura que nadie ha defendido, como si yo hubiera dicho que el empresario solo puede ser un individuo con puro y sombrero de copa. Eso es un muñeco de paja. Yo te he hablado desde el principio de empresario como función encarnada, sea individual o colectiva. Tú, incapaz de rebatir eso, te agarras a que “la figura física no es imprescindible”. Pues claro que no tiene por qué ser un señor Pérez, puede ser un consejo o un órgano colectivo. Pero eso no borra al empresario, lo reafirma bajo otra forma.

    Así que deja de hacer trampas de diccionario: el empresario no es prescindible porque sin él (sea persona o comité) no hay empresa. Lo prescindible es tu bucle semántico.
  1. #439 A ver, que no te enteras, que vienes con aires de maestro anotando victorias imaginarias, pero la clase que das es de muñecos de paja y frases vacías. Nadie aquí ha negado que la función empresarial pueda ejercerse de manera colectiva, lo que digo desde el principio es que esa función nunca desaparece y siempre se encarna en alguien o en algún órgano con capital, responsabilidad y poder de decisión. Lo que haces tú es un truco barato: confundir la palabra “empresario” con un señor con puro en un despacho, para luego fingir que todo lo demás es “prescindible”. Y claro, como te desmontan esa caricatura, te inventas que me has pillado contradiciéndome.

    En una empresa cotizada en bolsa, por ejemplo, ¿quién es “el empresario” ahí? Pues los accionistas que ponen capital y asumen riesgo patrimonial, junto con el consejo de administración que marca estrategia y designa a la dirección ejecutiva. ¿Me estás diciendo que en algún momento he negado la existencia de empresas cotizadas? Según tu lógica de patio de colegio, como no hay un “señor Pérez” dueño absoluto, entonces el empresario no existe y es prescindible. Pero la realidad es la contraria: la figura empresarial está ahí, repartida en miles de accionistas y canalizada por un órgano colegiado que dirige y responde. Exactamente lo que yo he venido diciendo. En una cooperativa, son los socios que ponen aportaciones, eligen un consejo rector y asumen riesgos y decisiones estratégicas. En ambos casos la figura empresarial existe, solo que adopta otra forma. Pretender que eso demuestra que “el empresario es prescindible” es de chiste: lo único que demuestras es que no entiendes la diferencia entre cambiarle el traje a la función y negar su existencia.

    Es que no te cansas de soltar bobadas: discutes cosas que nadie discutió (“que si el empresario no puede ser colectivo”, “que si confundo función con figura”) y te inventas victorias imaginarias para no afrontar que no tienes nada que objetar a mis afirmaciones. La figura empresarial existe siempre, sea un individuo, un consejo rector o un consejo de administración. Negarlo porque no encaja con tu cruzada semántica es de manual de autoengaño.

    Así que deja de regalarte victorias baratas y de hablar de “lecciones gratis”, porque el único que ha salido de aquí retratado eres tú. Has mareado la perdiz, has levantado muñecos de paja y al final lo único que has demostrado es que no entiendes ni cómo funciona una empresa cotizada, ni qué significa arriesgar capital y dirigir estratégicamente. No he necesitado desgastarme: tú solito te has dejado en evidencia.
  1. #437 Te lo repito por última vez: si esas funciones las ejerce un comité, un consejo o una cooperativa, ahí tienes la figura empresarial encarnada colectivamente. Cambia el envoltorio, la función sigue siendo la misma, y sin esa figura concreta que asuma capital, riesgo y decisión, no hay empresa que valga. Eso no es dar la razón, es que tus propios ejemplos refuerzan lo que te vengo diciendo desde el minuto uno.

    Lo único prescindible aquí es tu empeño en jugar con palabras para no reconocer la realidad más elemental. Has convertido la discusión en un trabalenguas semántico porque no puedes con lo obvio: la empresa siempre necesita alguien (sea persona o comité) que encarne esas funciones. Eso es precisamente lo que niegas con la boca pequeña y confirmas con la boca grande.

    Tema cerrado, sí. Pero no porque hayas acertado en nada, sino porque te has quedado atrapado en tu propio bucle. Yo ya desmonté tus giros y expuse la realidad organizativa; tú solo has demostrado que tu nivel máximo de réplica es repetir “jajaja” y creerte ingenioso. Lo siento, pero no cuela.
  1. #435 Ay, Morrison, qué previsibilidad la tuya. Vuelves otra vez con la misma cantinela como si estuvieras descubriendo oro, cuando lo único que haces es dar vueltas en círculo para no admitir lo obvio. Te crees listo porque repites “empresario no, función empresarial sí”, y lo dices con esa risita nerviosa de quien piensa que ha encontrado un truco retórico, cuando en realidad lo que haces es confirmar lo que llevo repitiéndote desde el principio: que esas funciones no existen en el vacío, que siempre hay personas, órganos o figuras concretas que las encarnan con capital, responsabilidad y riesgo. Eso, amigo, es precisamente lo que define al empresario, llámalo comité, junta o tío de corbata. Que lo quieras maquillar con un juego de palabras no cambia la sustancia.

    Lo gracioso es que me acusas de “darte la razón” porque no entiendes lo que lees: yo afirmo que sin funciones ejercidas por alguien concreto no hay empresa, y tú gritas “¡exacto, son funciones empresariales!” como si fuera un jaque mate. Pero el jaque mate es contra ti, porque cada vez que admites que alguien tiene que ejercerlas, estás reconociendo que la figura empresarial existe, aunque a ti te moleste el nombre. Lo tuyo es un escapismo infantil: cuando se te hunden los argumentos, te refugias en un diccionario para esconder que no has podido refutar nada de lo sustantivo.

    Así que no, no me das ninguna lección con tu “jajajaja”. Lo único que demuestras es que no has entendido nada, o peor, que entiendes pero no te atreves a reconocerlo porque tu orgullo te lo impide. Lo tuyo no es debate, es pataleo semántico. Y en eso sí que eres enternecedor: un niño emperrado en que el sol gira alrededor de la tierra porque lo pone en su cuaderno de primaria. Yo ya desmonté tus trampas, tú sigues repitiendo el mantra. Ahí tienes la diferencia: yo cierro el tema con argumentos, tú con carcajadas huecas.
  1. #433 Qué ternura das. Después de una disertación donde te he desarmado punto por punto, vienes con la misma cantinela reciclada, como si repetir el eslogan lo convirtiera en argumento. Ni una sola idea nueva, ni un matiz que aporte algo: solo “empresario no, función empresarial sí” como si hubieras descubierto América. Lo gracioso es que esa diferencia ya quedó explicada, desmontada y contextualizada en mi respuesta anterior, pero claro, sospecho que ni la has leído entera o, más probablemente, te resulta demasiado incómodo reconocer que se te han caído las piezas del dominó.

    Lo que haces es un manual de falacias de evasión: acusar al otro de confundir términos para esconder que no puedes rebatir la evidencia práctica. No hay empresa sin funciones encarnadas en personas y órganos con capital, responsabilidad y capacidad de decisión. Eso es lo que define la figura empresarial, le pongas el nombre que quieras. Que te aferres al “empresario es prescindible” no es un argumento, es una obstinación semántica que ya quedó en evidencia como puro humo.

    Así que tranquilo, no necesito “recular”: todo lo que intentas ahora ya fue respondido antes, y más de una vez. Si tu única manera de seguir en la partida es repetir lo mismo como loro, ya no estamos en un debate: estamos en tu terapia de autoafirmación. Y ahí sí que no pienso perder más tiempo. Las chorradas, como bien dices, son todas tuyas. Yo cierro aquí con la tranquilidad de haber expuesto argumentos sólidos, y tú quedas, una vez más, desnudo en tu ignorancia, agarrado a un diccionario para no reconocer lo evidente.
  1. #421 Me voy a tomar el tiempo de desmontar todas tus chorradas, porque te mereces que te pongan en tu sitio. Partimos de una tesis política que se plasma en el meneo: la riqueza es un proceso social, no el fruto exclusivo del “genio" de nadie. Bien. Entráis algunos con lo de que “el empresario es prescindible”, como si de ahí se siguiera que la figura empresarial sobra. Yo respondo que sin capital comprometido, dirección y asunción de riesgos no hay empresa que funcione ni escale. Tú aterrizas con Mondragón en la mano y un mantra: “el empresario es prescindible, lo necesario son las funciones empresariales”. Y desde ahí no te mueves. El debate ha degenerado porque te agarras a un truco semántico para no mirar la realidad organizativa que te desmiente: cambias “empresario” por “comité” pretendes que la función deje de existir como función encarnada en alguien con responsabilidad y piel en el juego. Ese es el núcleo.

    Aclaramos conceptos, que no te enteras. Empresa no es un parque de ideas ni una asamblea permanente: es una organización que combina trabajo, capital y conocimiento bajo incertidumbre para producir a escala. Esa combinación exige tres cosas que no “flotan” en el aire: aportación de capital, coordinación estratégica y asunción de responsabilidad jurídica y económica. Llámalo función empresarial si te relaja la tensión, pero las funciones no se ejecutan solas; las ejecutan personas y órganos concretos que firman préstamos, responden ante acreedores, toman decisiones irreversibles bajo información imperfecta y aceptan consecuencias si salen mal. En una SA, eso lo encarnan accionistas, consejo y dirección ejecutiva. En una cooperativa, socios, consejo rector y gerencia. En una mutualidad, asamblea, comité y dirección. Cambia el traje, no desaparece la figura empresarial; se transforma. Esto no es una cuestión de “castellano”, es de realidad institucional básica: la función sólo existe en tanto alguien la asume con autoridad, capacidad de decisión y…   » ver todo el comentario
  1. #392 Que no, campeón, que por mucho que repitas el mantra no lo conviertes en verdad. En cualquier empresa hay dos piezas inseparables: quien aporta capital y asume riesgo (el empresario en cualquiera de sus formas, desde accionistas a socios cooperativistas) y quien ejecuta y coordina (el gerente o el órgano de administración). Las funciones empresariales no flotan en el aire ni se reparten como caramelos, alguien las encarna y responde jurídicamente.

    Lo que te pasa es sencillo: confundes semántica con economía. Llamar “prescindible” al empresario es no entender que sin capital ni dirección estratégica no hay ni empresa ni funciones que ejecutar. Puedes disfrazarlo de teoría, pero en la práctica todos los modelos terminan con una figura empresarial concreta. El resto es paja para no reconocer la obviedad.
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