Al margen del tema tratado, la función de un alcalde en un pleno municipal es presidirlo y moderarlo, no dirigirlo. No tiene potestad para hacer lo que le dé la gana, hay unas normas y su capacidad de decisión se limita a lo que en ellas se disponga. No tiene que dejar hablar por magnificencia, tiene que dejar a hablar porque los concejales tienen derecho a ello. Da igual si habla de Gaza o del apareamiento del colibrí, si está en el orden del día y se ajusta a los tiempos y normas reglamentarios, el concejal tiene derecho a voz y el alcalde a joderse.
Verás qué risas cuando vayan los dirigentes condenados por crímenes de guerra.
Las tacticas que usan las minorías en un estado fascista para no ser encarcelados aleatoriamente.