La idea de que las personas de diferentes culturas varían en su forma de experimentar las cosas es ciertamente plausible. Existe abundante evidencia de que, a medida que crecemos, nuestro cerebro se moldea, al menos en cierta medida, por las características de nuestro entorno. Y así como todos diferimos en nuestras características visibles externamente (altura, forma corporal, etc.), también diferiremos en nuestro interior. Como lo expresó la autora Anaïs Nin citando el Talmud: «No vemos las cosas como son, sino como somos».
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Pero, tras leer tu comentario, lo he vuelto a intentar y, ahora sí, veo ambas cosas según enfoque.
Pero creo que no es tanto el enfoque sino el "centro de atención" (de ahí que no me funcionara la primera vez).
Y al verlos he entendido cómo se consigue, haciendo un círculo con las diferentes alturas de los lados verticales de los rectángulos.
CC #12 #4 #5
Obviamente no me refiero a las figuras geométricas reales sino a su percepción aunque sea parte de la ilusión.
Spoiler:
Salu3
Podríamos hacer algo que sea lo opuesto, como muchos círculos de distintos tamaños que forman rectángulos…