No son nazis. Son buenos patriotas que viajan desde todo el país para vengar a un anciano español agredido por dos moros delincuentes.
Vale... OK... ¿Cuántos de esos buenos patriotas han movido un puto dedo para vengar, o simplemente pedir justicia en alguna de las múltiples manifestaciones, por los 7921 ancianos españoles que cierto gobierno de derechas dejó morir como perros durante la pandemia?
Pues eso. Estos despojos humanos no son patriotas, ni defienden a los españoles, ni a los ancianos. Son ratas cobardes que sólo se atreven con los de abajo; nunca, repito: NUNCA, con los de arriba. Así ha sido y así será siempre el fascismo.
Hace pocos días llevé a uno de mis gatos a vacunar. En la sala de espera había una familia (hombre, mujer, niño de unos once años, niña de unos nueve y una gata anciana). Los atendieron antes que a mí y resulta que iban a eutanasiar a la gata, que ya estaba enferma terminal.
A pesar de la tristeza que me causó la escena, me gustó lo que vi. Me pareció un gesto de lealtad y valentía que toda la familia hubiera ido a despedir a su gata. Ojo, que todos estuvieron con el veterinario y —sobre todo— con la gata hasta el último momento.
Cuando salieron el hombre estaba muy serio, la mujer se había puesto unas enormes gafas de sol, el niño tenía un gesto de estar apretando los dientes, y la niña lloraba, lloraba sin estridencias ni lamentos; solo dejaba resbalar las lágrimas.
No los conozco ni hablé con ellos, pero les tomé un inmediato afecto, y supe que ese matrimonio sabe educar a sus hijos; que les enseña que en la vida hay amor y también dolor, y que deben disfrutar del primero sin… » ver todo el comentario
#161 De veras que me ayudaste mucho, no solo a la hora de decidirme a "abrirle las puertas", sino además a enfrentar la situación y tomarlo con más calma. Hoy ya poseo un grado y un máster en mundo gatuno y me veo "totalmente" capacitado, pero en aquel momento estaba completamente perdido. Me sentía en deuda desde entonces, solo que me daba corte deciros nada tiempo después. Me alegro de haberlo hecho aunque tarde y de un modo algo aleatorio (quizá la lectura del artículo haya tenido algo que ver), y sobre todo de haberte aportado aunque sea una pizca de alegría.
Bueno, pues nada. Aquí llorando.
Cuando me preguntan qué tal llevé el confinamiento siempre digo lo mismo: que no me enteré de que estaba confinada. Vinka se puso enferma la primera semana y se fue el último día. Ya hace 5 años y el domingo hablé de ella con tantas lágrimas como el día en que se fue.
Y es verdad: no es un dolor entendido por la sociedad en general.
También porque al igual que nos pasa con las personas, hay perros que duelen más y otros que duelen un poco menos. He tenido perros que estuvieron conmigo toda su vida, ella solo lo estuvo sus últimos 5 años. Demasiado poco.
Me hierve la sangre cuando leo estas noticias. Cuando era pequeño y veía series de superhéroes, me preguntaba cómo sería vivir en el lado del mal. Ahora cuando veo estas noticias me pregunto en qué lado vivo...
#68 no tergiverses. Dice lo que dice y se dirige a quien se dirige. Los ciudadanos somos bastante más solidarios y empáticos con el pueblo palestino que esa mierda política.
Me alegro por Satan, por fin ha podido superar lo de Saddam Hussein.
Vale... OK... ¿Cuántos de esos buenos patriotas han movido un puto dedo para vengar, o simplemente pedir justicia en alguna de las múltiples manifestaciones, por los 7921 ancianos españoles que cierto gobierno de derechas dejó morir como perros durante la pandemia?
Pues eso. Estos despojos humanos no son patriotas, ni defienden a los españoles, ni a los ancianos. Son ratas cobardes que sólo se atreven con los de abajo; nunca, repito: NUNCA, con los de arriba. Así ha sido y así será siempre el fascismo.
Uno lleva toda la vida usando Richter y ahora te lo cambian, pues te sientes como americano en un Leroy Merlin
A pesar de la tristeza que me causó la escena, me gustó lo que vi. Me pareció un gesto de lealtad y valentía que toda la familia hubiera ido a despedir a su gata. Ojo, que todos estuvieron con el veterinario y —sobre todo— con la gata hasta el último momento.
Cuando salieron el hombre estaba muy serio, la mujer se había puesto unas enormes gafas de sol, el niño tenía un gesto de estar apretando los dientes, y la niña lloraba, lloraba sin estridencias ni lamentos; solo dejaba resbalar las lágrimas.
No los conozco ni hablé con ellos, pero les tomé un inmediato afecto, y supe que ese matrimonio sabe educar a sus hijos; que les enseña que en la vida hay amor y también dolor, y que deben disfrutar del primero sin… » ver todo el comentario
Cuando me preguntan qué tal llevé el confinamiento siempre digo lo mismo: que no me enteré de que estaba confinada. Vinka se puso enferma la primera semana y se fue el último día. Ya hace 5 años y el domingo hablé de ella con tantas lágrimas como el día en que se fue.
Y es verdad: no es un dolor entendido por la sociedad en general.
También porque al igual que nos pasa con las personas, hay perros que duelen más y otros que duelen un poco menos. He tenido perros que estuvieron conmigo toda su vida, ella solo lo estuvo sus últimos 5 años. Demasiado poco.
Olga, qué suerte haber leído sobre ti.
Pero antes de las bombas nucleares, los japoneses no tenían los genitales pixelados. Ahí lo dejo.
Al troll se le vota negativo y a otra cosa. No se les responde