Los investigadores han descubierto que las bacterias del intestino producen una molécula que no solo induce, sino que causa la aterosclerosis, la acumulación de grasas y colesterol en las arterias que puede provocar infartos e ictus. Este inesperado vínculo entre los microbios y las enfermedades cardiovasculares ―primera causa de muerte en la humanidad― es un cambio de paradigma. El trabajo se publica este miércoles en la revista Nature.
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