Nadie más lo ha hecho así. Lo juro. He tenido amantes amables, atentos, incluso esforzados. Algunos me han preguntado qué me gusta. Otros han seguido tutoriales con devoción robótica. Alguno me ha sorprendido. Pero lo tuyo era distinto. Era salvaje, sí, pero preciso. Era íntimo y, al mismo tiempo, completamente impúdico. Como si me dijeras con la cara hundida en mi sexo: «Aquí estoy, disolviéndome, y si me muero así, que no me lloren».
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etiquetas: sexo , comer , coño
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- Pues le estaba comiendo el coño a tu madre, hijo.
- Ah, ya decía yo que era raro que el perro bebiese tanta agua.
Vayamos con pies de plomo.
Sí, seguro que es por eso.
No sé, en general no me gusta esa cosificación de poner al otro de inútil pero que te come [lo que sea en tu caso] muy bien pero no te vale para nada más. Se puede fardar de experiencias sin despreciar en otros ámbitos a tus parejas sexuales.
Pero no hay mujer más agradecida en el sexo que una bien corrida
El único secreto es saber leer a tu pareja y, por supuesto, que su disfrute sea también el tuyo.
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Desde otra perspectiva, claro.
www.youtube.com/watch?v=ifV1GfLd9ZI